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LA PERSONALIDAD |
La personalidad es un constructo psicológico, que se refiere a un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona, a la organización interior que determina que los individuos actúen de manera diferente ante una determinada circunstancia. El concepto puede definirse también como el patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una persona, y que tiene una cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida de modo tal que las manifestaciones de ese patrón en las diferentes situaciones posee algún grado de predictibilidad.
Ya vimos como Freud, pensaba que la
personalidad era el resultado de la resolución de los consientes y de los
inconscientes de las personas, además de las crisis del desarrollo.
Muchos de sus seguidores modificaron sus teorías, uno de ellos fue, Alfred
Adler, quien apreciaba una perspectiva muy distinta de la naturaleza
humana de la que tenía Freud.
Adler, escribió sobre las fuerzas que
contribuyen a estimular un crecimiento positivo y a motivar el
perfeccionamiento personal. Es por eso que en ocasiones se considera a
Adler como el primer teórico humanista de la personalidad.
La teoría humanista de la personalidad, hace
hincapié en el hecho de que los humanos están motivados positivamente y
progresan hacia niveles más elevados de funcionamiento.
Dice que la existencia humana es algo más que
luchar por conflictos internos y crisis existenciales.
Cualquier teoría de la personalidad que subraye
la bondad fundamental de las personas y su lucha por alcanzar niveles más
elevados de conociendo y funcionamiento entra dentro del grupo de teoría
humanística de la personalidad.
Otra teoría, es la de la tendencia a la auto realización, según Rogers, el impulso del ser humano a realizar sus auto conceptos o las imágenes que se ha formado de sí mismo es importante y promueve el desarrollo de la personalidad.
Son relativamente poco frecuentes, son tan generales que influyen en todos los actos de una persona. Un ejemplo de ello podría ser una persona tan egoísta que prácticamente todos sus gestos lo revelan.
Son más comunes, y aunque no siempre, a menudo
son observables en el comportamiento. Ejemplo, una persona agresiva tal vez no
manifieste este rasgo en todas las situaciones.
Rasgos secundarios:
Son atributos que no constituyen una parte vital de la persona pero
que intervienen en ciertas situaciones. Un ejemplo de ello puede ser, una
persona sumisa que se moleste y pierda los estribos.
Hay unos elementos que recibimos de nuestros
padres; el temperamento, las pasiones, los defectos o cualidades físicos y las
limitaciones o las capacidades psíquicas. Estos elementos son los más
personales y profundos. Definen mucho nuestra forma de ser. Podemos mejorarlos
o limarlos con la formación personal, dando un color especial a nuestra
personalidad por toda la vida.
Factores adquiridos del
ambiente
Recibimos a lo largo
de la vida, sobre todo durante los cuatro primeros años, adquirimos costumbres,
cultura, una forma de ver la vida (que llamamos cosmovisión), los modales de
trato o la formación de comunicación con los demás. Recibimos estos elementos
de la familia durante la infancia en un 70%; en un 20% de la escuela; y en un
10% de las amistades o la sociedad. Hoy, está aumentando el influjo de la
televisión por la cantidad de horas gastadas por los niños ante el televisor y
los videos juegos.
Experiencias personales
Hay situaciones muy particulares que forjan el perfil de cada persona. No se heredan, ni vienen del ambiente: se viven en primera persona. Y son de dos tipos: las decisiones y los accidentes.
Las decisiones personales dejan una profunda
huella dejar el estudio por iniciar un trabajo.
Casarse; elegir un grupo de amistades… Son decisiones que marcan un rumbo para todo el futuro, a veces, las situaciones que dejan huella vienen de fuera. Los accidentes. Pueden ser totalmente imprevistos: un choque de carros, un asalto: o podemos tener cada uno parte en la decisión que ocasioné la situación imprevista: un embarazo no deseado, la elección del trabajo…Estas experiencias marcan a persona para toda la vida. No tienen siempre resultados negativos. Aún las situaciones molestas y conflictivas, pueden aprovecharse para madurar, para aprender o para rectificar.
Debemos aceptarnos como somos
Así podemos mejorarnos. Conviene reconocer nuestras cualidades sin vanidad y aceptar los defectos ante los demás, aunque nos duela. Necesitamos ser coherentes: reconocer las dificultades y los compromisos nacidos de nuestras decisiones pasadas. Aunque nos duela. Debemos pagar la moneda que nos corresponde.
El ser humano es complejo. No nos educamos con la sola buena voluntad.
El ser humano depende de sus fuerzas y de sus
limitaciones naturales. No podemos, pues, dejar de lado nuestra forma de ser y
aspirar subir… hasta sueños irrealizables, porque nuestras fuerzas y limitaciones
nos marcan una frontera. Todo esto nos lleva a una sola palabra “Autoestima”,
sino aprendemos nosotros mismos a darnos un valor y prioridad en nuestras
vidas, nadie más lo hará y tampoco tendría el mismo valor. Es tu decisión, aquí
y ahora tomar el poder de tu vida, revisarla, ver realmente aquello que no te
gusta, que te perturba y no te deja brillar con luz propia.
A veces culpamos a los demás por no ser felices y
tener paz interior, cuando somos nosotros mismos quienes provocamos esa
infelicidad. Somos muy complejos y como lo menciono antes, en ti esta esa
fuerza de encontrar un cambio, un plan de motivación personal, el desear con
gran empeño y amor a ti, ese cambio de aptitud ante la vida.
No podemos cambiar por completo todo aquello
negativo que este en nuestra vida, pero si podemos ubicarlo y darle una
orientación positiva no permitiéndole que nos domine y haga perder la visión
del camino que queremos conseguir.
Amate, cuídate, date a ti mismo respeto y sobre
todo valor, veras como cambia de un modo positivo tu personalidad y enriqueces
al mismo tiempo tu autoestima, dile a tu ego que vales mucho para seguir
haciendo caso a sus malos consejos.
Los Cuatro Aspectos Fundamentales de la
Personalidad
Al hablar de la
personalidad es importante indicar que la personalidad contiene
elementos de origen hereditario y ambiental, estos elementos o factores
constitutivos de la personalidad son:
El temperatura
El carácter moral
La constitución física
La inteligencia
EL TEMPERAMENTO
El temperamento es dependiente en gran parte de
la estructura constitucional y es predominantemente hereditario al igual
que la constitución física, por ende es
el aspecto emotivo de la personalidad, que puede ser de mayor o menor grado de
impresionabilidad ante los diversos estímulos,
como la forma de reaccionar
frente a las emociones y los
cambios de humor.
Al manifestar que, depende de la constitución
física y de los factores hereditarios de la misma, Se entiende sobre la
influencia de la constitución física en el temperamento como: la baja producción
de tiroxina que genera pereza, inercia, torpeza, quienes la sufren son
descritos como depresivos, insatisfechos y desconfiados. Al contrario, los
hipertiroideos tienen síntomas de tensión nerviosa, excitación, ansiedad, y se
manifiestan nerviosos, hiperactivos e inquietos.
Los cuatro temperamentos de
Hipócrates
Hipócrates es
considerado el padre de la medicina, el
mismo que se basó en la teoría de Empédocles y aplicándola al hombre dice que
está compuesto de cuatro humores que son reflejo de los cuatro elementos del
mundo, en conclusión el ser humano es un
reflejo en pequeño de la naturaleza.
Aspectos de la
personalidad, físicos, intelectuales, emotivos y sociales.
La apariencia
física de la persona se constituye por la actitud, la complexión y el tipo
corporal, la constitución, a expresión del rostro, así, como la manera de
vestirse.
La capacidad
intelectual se revela por el modo de hablar, el tipo de ideas que expresa, y
las cosas de que habla, así como su sistema de valores y estado psicológico.
Se puede
estudiar la emotividad de una persona a través de sus gustos y lo que le
repugna, viendo si es agresivo o dócil, analizando cómo reacciona cuando las
cosas se ponen difíciles, si está generalmente tranquilo y seguro de sí mismo;
si se enfada con facilidad, si tolera bromas, su tipo de humor…
Cualidades
sociales: la forma que un individuo tiene de comportarse con los demás, y la
medida en que observa las reglas de etiqueta que rigen en la sociedad.
El sistema de
valores es el conjunto de actitudes que una persona tiene frente a la vida,
comprendidos sus principios morales y sus creencias.
La gente tiende
a aceptar las pautas de conducta aceptadas por la mayoría; sin embargo, cada
generación rechaza reglas de conducta que ya no le parecen apropiadas, y añade
otras que expresan más exactamente los gustos y necesidades de los nuevos
tiempos.
La mayoría de
las reglas de cortesía se fundan en el sentido común. Tienen un valor práctico
porque ahorran tiempo, crean situaciones agradables o vienen a llenar una
necesidad. Poseen un valor cívico porque imponen a los individuos una cierta
disciplina, y revelan consideración hacia los demás.
La base de las
diferencias de la personalidad estriba en tres partes fundamentales que se
influyen mutuamente: la herencia biológica; el ambiente y la edad. Llamadas
también: Naturaleza, Educación y Madurez.
No culpe a su
herencia biológica de su pereza para mejorar su personalidad.
Lo que ha ido
adquiriendo lo puede ir cambiando. Lo único que se requiere es tiempo y
voluntad.
LA PERSONALIDAD Y LAS RELACIONES HUMANAS.
Las relaciones humanas consisten en el arte de llevarse bien con
los demás. Siempre que se reúnen dos o más personas se establece una
interacción. El proceso de las Relaciones Humanas es una fuerza activa que
lleva a la creación de relaciones agradables o desagradables.
Una mayor comprensión de la conducta humana, así como una buena
dosis de paciencia y tacto, ayudan a establecer una buena relación humana y
tienden a crear una situación de reciprocidad en los demás.
La personalidad es tan importante para conseguir un trabajo como
para conservarlo. En un estudio realizado en 76 empresas se encontró que sólo
el 10% de los despidos se debía a incompetencia técnica y el 90% fue despedido
por lo inadecuado de sus características personales.
Se despide a la gente porque no se muestra dispuesta a trabajar, a
asumir responsabilidades, a llevarse bien con los demás; en definitiva, no
quieren molestarse.
Consistente.- Puesto que la personalidad es un rasgo distintivo de
cada persona, éste permanece relativamente estable a lo largo del tiempo,
influyendo en su comportamiento. Esto no evita que el individuo pueda cambiar
su comportamiento debido a factores ambientales o a las necesidades
experimentadas.
Diferenciadora.- La
personalidad permite identificar a cada individuo como un ser único. Esta
característica se traduce en las distintas reacciones que pueden tener las
personas ante un mismo estímulo. La personalidad es única por ser una
combinación de factores internos, pero si queremos utilizarla como criterio de
segmentación, se pueden destacar uno o varios rasgos comunes.
Aspectos Fundamentales de la Personalidad
En la génesis de toda personalidad se
encuentran elementos de origen hereditario y elementos de origen ambiental. Su
influencia simultánea a través del tiempo y del espacio, van formando la
personalidad. Estos elementos intervienen en la educación del adolescente por
lo que hay que tenerlos muy en consideración como recursos de comprensión para
su formación.
La Herencia proporciona una constitución física
y una dotación genética, mediante las cuales se va a captar el mundo y a
responder ante él. El Ambiente proporciona elementos de aprendizaje, pautas
para dar significado a los estímulos, y determinar las formas de respuesta.
El sujeto no nace con una personalidad
determinada, sino con cierta dotación que condicionará, en parte el desarrollo
posterior.
La
personalidad se conquista, se hace, se construye. Las condiciones heredadas se
complementan a través de la experiencia, el aprendizaje, la educación, el
trabajo, la fuerza de voluntad, la convivencia y el cultivo de la persona.
Los elementos o factores constitutivos de la
personalidad, son los que delimitan el campo de acción de las teorías de la
personalidad. Por ello es importante, para nuestro trabajo, tener en cuenta su
estudio ya que es a través de estas características por las que vamos a conocer
y comprender a los adolescentes y lograr una organización más acertada de su
identidad y de su autoestima para su autorrealización
Y El temperamento es el aspecto emotivo de la
personalidad: el mayor o menor grado de impresionabilidad ante los estímulos;
la forma de reaccionar frente a las emociones; los cambios de humor.
Y Depende de la constitución física y
especialmente de los factores hereditarios de la misma.
El temperamento es el soporte ineludible e
inmodificable de la personalidad. Es un estado orgánico de las reacciones
físicas y mentales, surge de las reacciones bioquímicas, las cuales ejercen
acción directa y continua sobre el sistema nervioso y vegetativo, esto
determina las cualidades específicas de la sensibilidad que el ser humano
manifiesta en sus actividades y vivencias, muestra reacciones típicas frente a
estímulos del mundo exterior.
El temperamento no cambia solo se va regulando
de acuerdo al ámbito en el que está. Lo podemos controlar. En él intervienen
factores hereditarios, congénitos y exógenos o externos, estos últimos tienen
que ver con la alimentación, el clima y el ambiente. Hace referencia a las
características formales o estilos de conducta, independientemente del
contenido de estas, es decir, a la forma y no a la acción. La constitución
física y el temperamento tienen relación bilateral.
El
carácter
FORMACIÓN
Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
Herencia y ambiente
interactúan para formar la personalidad de cada sujeto. Desde los primeros
años, los niños difieren ampliamente unos de otros, tanto por su herencia
genética como por variables ambientales dependientes de las condiciones de su
vida intrauterina y de su nacimiento. Algunos niños, por ejemplo, son más
atentos o más activos que otros, y estas diferencias pueden influir
posteriormente en el comportamiento que sus padres adopten con ellos, lo que
demuestra cómo las variables congénitas pueden influir en las ambientales.
Entre las características
de la personalidad que parecen determinadas por la herencia genética, al menos
parcialmente, están la inteligencia y el temperamento, así como la
predisposición a sufrir algunos tipos de trastornos mentales.
Entre las influencias
ambientales, hay que tener en cuenta que no sólo es relevante el hecho en sí,
sino también cuándo ocurre, ya que existen periodos críticos en el desarrollo
de la personalidad en los que el individuo es más sensible a un tipo
determinado de influencia ambiental. Durante uno de estos periodos, por
ejemplo, la capacidad de manejar el lenguaje cambia muy rápidamente, mientras
que en otros es más fácil desarrollar la capacidad de entender y
culpabilizarse.
La mayoría de los expertos
cree que las experiencias de un niño en su entorno familiar son cruciales,
especialmente la forma en que sean satisfechas sus necesidades básicas o el
modelo de educación que se siga, aspectos que pueden dejar una huella duradera
en la personalidad. Se cree, por ejemplo, que el niño al que se le enseña a
controlar sus esfínteres demasiado pronto o demasiado rígidamente puede
volverse un provocador. Los niños aprenden el comportamiento típico de su sexo
por identificación con el progenitor de igual sexo, pero también el
comportamiento de los hermanos y/o hermanas, especialmente los de mayor edad,
puede influir en su personalidad.
Algunos autores hacen
hincapié en el papel que cumplen las tradiciones culturales en el desarrollo de
la personalidad. La antropóloga Margaret Mead convivió con dos tribus de Guinea
y mostró esta relación cultural al comparar el comportamiento pacífico,
cooperativo y amistoso de una, con el hostil y competitivo de la otra, pese a
tener ambas las mismas características étnicas y vivir en el mismo lugar.
Aunque tradicionalmente
los psicólogos sostienen que los rasgos de la personalidad de un individuo se
mantienen estables a lo largo del tiempo, recientemente se cuestionan este
enfoque, señalando que los rasgos existían sólo en la óptica del observador, y
que en realidad la personalidad de un individuo varía según las distintas
situaciones a las que se enfrenta.
TEORIAS SOBRE EL
DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
El conjunto de formas
relativamente consisten entes de relacionarse con la gente y las situaciones
que ponen un sello de individualidad en cada uno de nosotros. En tanto que
nuestras actitudes, valores, opiniones y emociones son lo que forman nuestra
individualidad, el modo como actuamos en estos estados mentales determina lo
que otros verán como nuestra personalidad.
Pero ciertas
características predominan en nuestra apariencia psicológica; podemos pues, ser
descritos por los rasgos que parecen gobernar nuestra conducta la mayor parte
del tiempo.
Veremos las más
importantes, que se agrupan en cuatro extensas categorías: las psicoanalíticas,
las del aprendizaje, las humanistas y las de tipos y rasgos. La teoría del
aprendizaje entiende que la personalidad está determinada por las experiencias
externas, por el ambiente, mientras las otras tres escuelas del pensamiento la
ven como formada en nuestro interior, surgiendo de necesidades, impulsos y
características innatas.